¡Por mil quesos de bola!
¡Qué fin de semana tan morrocotudo he pasado junto a mi familia! Y eso que debo confesaros que, tras unos días de intensísimo trabajo en el Eco del Roedor, me sentía derretido como una lonchita de queso... ¡Yip, yip! Amiguitos, mejor os pongo un poco en contexto, ¿no? Resulta que últimamente han habido montañas de noticias en Ratonia, ¡y este humilde ratón y su equipo de roedores redactores no dábamos abasto para informar de todo a nuestros lectores! Que si la inauguración oficial de la nueva plaza de la Fuente Ratona tras unas importantes obras de rehabilitación; que si el estreno de la última película del famosísimo director de cine Ratonez Rataez con presencia de todo el reparto de actores en el cine principal de la ciudad; que si el chef más popular de la Isla de los Ratones, Roquefort Apestosus, recibe su tercera bola de queso por la innovadora carta de su restaurante; que si se ha avistado un galeón de gatos pirata surcando la costa norte del mar de las Ratas... ¡Y así podría seguir enumerando decenas y decenas de noticias que han ocupado las páginas de nuestro diario!
Pues bien, cuando llegó el viernes estaba tan agotado, tan cansado de trabajar tantas horas, que, en medio de una entrevista con el empresario más importante de la capital, Bigotez Glotonez, me quedé con la mente completamente en blanco, ¡como si mi cabeza fuera un agujero de un queso de gruyere! ¡Qué bochorno pasé, amiguitos! Suerte que mi asistente Pinky Pick, que estaba a mi lado transcribiendo la entrevista en el ordenador, salió a mi rescate y lanzó una pregunta de lo más interesante al entrevistado, que dejó de prestar atención a la cara de pasmado que se me había quedado y siguió respondiendo a las preguntas de la joven ratoncita. ¡Por un momento temí que la exclusiva de la entrevista se la iba a llevar Sally Ratonen, de La Gaceta del Ratón, mi archienemiga de la competencia, que esperaba agazapada como una rata de alcantarilla a que metiera la pata!
Tras ese incidente, salí de la redacción con la cola entre las patas. ¡Por mil mozarellas! ¿Qué te ha pasado allí dentro, Geronimo? ¡Tú eres el director del periódico más leído de Ratonia, el nieto y sucesor de Torcuato Revoltosi, no puedes quedarte pasmado durante una entrevista como si hubieras visto un gato fantasma! Cuando llegué a mi casa, dejé caer mi trasero en el sofá y me quedé mirando a la pared... ¡Yip, yip! De tan cansado que estaba me quedé dormido así sentado, hasta que un estruendo enorme me sobresaltó. ¡Riiing, riiiiiing, riiiiiiiiing! ¡Era el teléfono! Un poco aturdido levanté el auricular y una voz familiar y llena de energía resonó al otro lado: "¡Venga, hermanito, ve a lavarte los morros y desperézate, que en un rato te pasamos a buscar por casa! ¡Nos vamos todos a pasar el día en el campo! ¡Un poco de contacto con la naturaleza te sentará de mil bigotes!". "Pero, Tea, si es sábado y es muy temprano. Estoy agotado después de unos días muy duros de trabajo y sólo quiero quedarme en casa y descansar...", balbuceé. "¿Sabes que nunca acepto un no por respuesta, verdad, querido Gerry? ¡En diez minutos te quiero vestido para la excursión! Ah, y de la comida no te preocupes. ¡Trampita ha preparado unos deliciosos bocadillos para chuparse los dedos! Gorgonzola, nueces y mermelada de arándanos, ¡uno de tus favoritos!", respondió Tea antes de colgar.
Medio dormido, me metí en la ducha para sacarme el sueño de encima, me sequé rápido con una mullida toalla, me puse los pantalones y la camisa de expedición, y me calcé las botas de caminar. No sé por qué pero empezaba a sentirme mejor... Al rato, llegó Tea acompañada de mi sobrino Benjamín y su amiga Pandora, Trampita, y mi musculoso amigo Hiena. Subimos todos al coche y nos dirijimos hacia el Bosque de los Fósiles. Durante el trayecto cantaron canciones, explicaron chistes y no pararon de reír. La verdad es que poco a poco me contagiaron su alegría y ya no estaba tan alicahído. Al llegar al bosque, empezamos a andar y me quedé maravillado con el superratónico espectáculo otoñal que nos ofrecía la naturaleza. En el sendero había un manto de hojas increíblemente rojas que habían caído de los árboles. También había castañas, setas que asomaban tímidamente entre el follaje y un montón de musgo de un color verde intenso. ¡Por mil quesos de bola! ¡Me sentí repleto de energía!
Y entre tanta belleza una idea morrocotuda me vino a la cabeza: ¿por qué no hacemos entre todos los ratoncitos de la comunidad una edición especial de otoño para El Eco el Roedor? Si os apetece poner vuestro granito de arena, amiguitos, podéis mandar vuestros artículos, vuestros dibujos y vuestros cómics inspirados en esta estupenda estación, ¡y muy pronto compartiré con todos vosotros una selección! ¿Qué os parece, ratocitos?
¡Espero ansioso vuestras morrocotudas creaciones otoñales!
Vuestro amigo
Geronimo Stilton
Comentarios
fantasía reino
Publicado
2018-11-28
Agualìa
Publicado
2018-11-28
¡Cuentén conmigo! ;-).PD:¡Gero,el año pasado no lo publicastes! ¡Esa vez publical,porfavorrrr!
LucyRokefort
Publicado
2018-11-27
Yo lo voy a mandar ahora
Ratita pianista
Publicado
2018-11-27
Wow! cuando tenga tiempo lo mando.
gemitina
Publicado
2018-11-27
¡Ya lo he mandado!
LucyRokefort
Publicado
2018-11-27
Que way😁😀☺️😋🙂😃😄🤓