Queridas lonchitas de queso,
¿Cómo estáis? ¿Ya habéis regresado a casa o seguís de vacaciones por ahí? Os escribo de nuevo desde mi querida Ratonia, mejor dicho, desde mi queridídima oficina de la redacción de El Eco del Roedor! Yip yip… disculpad si me he dejado llevar por la emoción… ¡el tema es que estoy muy contento de que las vacaciones hayan terminado!
Seguramente os preguntaréis por qué digo esto… ¡Yip yip! Os los explico: en vez de poder disfrutar de las vacaciones relajantes que había soñado, a base de tranquilos paseos por el bosque, siestas a la sombra y degustación de helados con las patas en remojo en la piscina, mi familia me llevó de viaje a una isla deshabitada, desierta, sin nada, en medio del Océano Rático. ¡Sí, sí, amiguitos, habéis leído bien!
Como recordaréis, este verano no tenía muy claro dónde iba a pasar las vacaciones pero finalmente me había decantado por pasar unos días en la granja Stilton y desconectar de todo. Necesitaba descansar después de un año muy intenso de firmas de libros, ratoexclusivas, reportajes extrarráticos... Estaba a punto de salir de casa con mi maleta cuando mi primo Trampita me llamó al teléfono: “¡¡Geronimooooo!! Mira que eres lento. ¡Nos tienes a todos esperándote en el puerto! ¡El capitán del barco, es decir, el abuelo Torcuato está listo para zarpar rumbo a la aventura!”. Me quedé blanco como un queso fresco. ¿Quién me mandaría a mí descolgar el teléfono? Así es como comenzaron las vacaciones menos relajadas que he tenido en mi vida de roedor…
En primer lugar, nada más poner una pata en la cubierta del barco empecé a marearme. Noté como el pelaje se me ponía de color verde como un queso mohoso, el estómago me subía hasta la cabeza y todo me daba vueltas como si estuviera subido a una noria. ¡Tuve que ir con la cabeza fuera del barco durante toda la travesía hasta la Isla Cocos, situada en un punto indefinido del océano! Sólo el viaje se me hizo eterno. Una vez allí, mi hermana Tea saltó de un brinco a tierra firme y se estiró en la playa, de arena fina como la harina, mientras que Trampita se lanzó al agua sin pensarlo dos veces, salpicándome por completo la ropa. ¡Me quedé empapado!
Una vez allí, instalamos el campamento cerca de unos cocoteros (de allí el nombre de la isla). “La tienda familiar en el centro; las pequeñas, alrededor del fuego; las tablas para preparar la comida, en la parte más apartada por si vienen animales salvajes por la noche a buscar comida… ¡Y no os olvidéis de instalar las mosquiteras! ¡Nieto! ¡No pongas esa cara de queso rancio! ¡Estamos en medio de la naturaleza! ¡¿Qué esperabas?!” Mi abuelo Torcuato nos iba indicando dónde quería que pusiésemos las cosas mientras tomaba una refrescante agua de coco sentado cómodamente en su hamaca. Estaba tan fundido que esa noche dormí como un tronco. Me consolé pensando que una isla desierta de aguas cristalinas como ésa podía ser un paraíso.
¡Por mil mozarellas! Pero a partir de ese momento, todo fue a peor. ¿Queréis saber por qué, amiguitos? En primer lugar, todas la mañanas mi amigo Hiena me despertaba antes del amanecer para hacerme correr al menos 2 horas por la orilla de la playa porque, según dice, ¡me estoy transformando en un ratón barrigudo! Luego, a la vuelta al campamento, mientras todo el mundo disfrutaba de un suculento desayuno a base de crema mascarpone y mermeladas caseras preparadas por Trampita, el abuelo me obligaba a beber una horrible tisana de hierbas purificantes para que me ayudara a ponerme en forma.
Si con esto no había bastante, mientras Benjamín y su amiga Pandora disfrutaban de un refrescante chapuzón a orillas del mar, mi hermana Tea me obligaba acompañarla de expedición a través de la espesa jungla: caminatas interminables por terrenos impracticables para mis patas, excursiones río arriba a bordo de una canoa, que me dejaban los brazos doloridos de agujetas, escaladas a montañas vertiginosas de las que apenas se vislumbraba el pico… ¡Casi me dejo el pelaje! ¡Y todo porque el abuelo estaba convencido de que en esa isla (desierta, como ya he dicho antes…), habitaba una criatura bellísima! Evidentemente, sólo encontramos cocos…
No me malinterpretéis, rantoncitos. ¡Cuando paso tiempo con mi familia y amigos me zumban los bigotes de la felicidad, aunque me obliguen a pasar las vacaciones más estresantes de la historia de la familia Stilton! Sé que soy un ratón muy afortunado por tener una familia así a mi lado. ¡Cada momento que paso con ellos es como un tesoro para mí!
Pero, después de dos semanas de vacaciones súper aventureras, me siento realmente hecho polvo de queso… ¡así que no me importa volver a la rutina! Y, además, debo confesaros algo: ¡no veía el momento de volver al trabajo para preparar todas las superratónicas sorpresas que nos acompañarán durante los próximos meses!
¡Por mil quesos de bola! ¡Sí, queridos taquitos de queso, nos espera un otoño verdaderamente morrocotudo!
Palabra de roedor
Comentarios
gemitina
Publicado
2018-09-13
¡Por fin, Sakura Cheescake!
Mairita
Publicado
2018-09-13
Hola
Sakura Cheescake
Publicado
2018-09-12
Envié un libro!! Ojalá se publique...
ratimaite
Publicado
2018-09-12
Que vacaciones tan estresantes
larafontina
Publicado
2018-09-10
jaja que chistoso le paso de todo
Ratita Ravelo
Publicado
2018-09-09
¡Comentemos mas!
Ratau3
Publicado
2018-09-07
Yo también, mairita.
Mairita
Publicado
2018-09-07
Yo empiezo el cole el 10 de septiembre
Ratita pianista
Publicado
2018-09-06
Yo empiezo mañana, y encima en un nuevo colegio ¡Estoy supernerviosa!
Ratita Ravelo
Publicado
2018-09-06
Yo empiezo el cole el 12 de septiembre como tu Ratigolinosa.
Ratigolosina
Publicado
2018-09-06
Yo empiezo el cole el 12 de septiembre
Sakura Cheescake
Publicado
2018-09-06
Agualía...¡Yo no tengo vacaciones de primavera! :,v
gemitina
Publicado
2018-09-06
Agualìa. Mañana comenzamos el cole
Agualìa
Publicado
2018-09-05
Uds.Ni empezarón las vacas??? Yo la próx próx semana recien comienzo las de primaver
bichitasanroque
Publicado
2018-09-05
¡A COMENTAR!
Ratita Ravelo
Publicado
2018-09-04
Comentemos mas!!!!!!!!!!!
bichitasanroque
Publicado
2018-09-04
Yo tambien quiero levantarme temprano,Ratigolosina jeje
Mairita
Publicado
2018-09-04
Que pocos comentarios
Ratita pianista
Publicado
2018-09-04
Tienes razón gemi nadie comenta :-(
Ratigolosina
Publicado
2018-09-04
Holiiii, yo no tengo ganas de que empieze el cole, sobre todo por levantarse temprano
gemitina
Publicado
2018-09-03
Que rollo de blog. Nadie comenta...
Rati Marti
Publicado
2018-09-03
Jola!!!
Claudia__CCR
Publicado
2018-09-02
Wow! Yo tambien tengo ganas de empezar de nuevo de una vez por todas la rutina, igual que tú, Geronimo.
Ratau3
Publicado
2018-09-02
¡¡Tercer comentario!! Yuhuuuu.
gemitina
Publicado
2018-09-01
¡Primer comentt!
Ratita Ravelo
Publicado
2018-09-01
Yo ya estoy cansado de las bacaciones.