Ya había anochecido y yo aún estaba en el despacho trabajando con Tea y Trampita. ¡Hasta que en la redacción irrumpieron Bifo y Bifa, dos simpáticos elfos que lo llenaron todo de magia y nos condujeron al Polo Norte! Un viaje fantástico que nos permitió conocer a Papá Noel y descubrir —la familia Stilton al completo— la importancia del espíritu navideño.