Aquella mañana, cuando acompañé a Benjamín a la escuela, la maestra estaba escribiendo en la pizarra adónde irían de excursión escolar. Me pareció leer Eco del Roedor y en seguida me ofrecí a acompañar a toda la clase a visitar mi periódico… ¡No imaginaba que me enfrentaría a un viaje tan superratónico!